Descubre el potencial de la biomasa del olivar

La biomasa del olivar como fuente de energía sostenible

El aceite de oliva es sin duda el producto más relevante de los olivares de nuestro país; sin embargo es poco conocido o no muy sabido, que además de producir, por ejemplo; Aceite de Oliva Virgen Extra, también se producen una serie de subproductos con un alto potencial energético para la producción de electricidad y calor. De hecho, en la última década se está extendiendo el uso de la denominada biomasa del olivar.

¿Cuál es la definición de biomasa?

Según el Informe de la Biomasa de Andalucía (Abril 2020) publicado por la “Agencia Andaluza de la Energía: Consejería de Hacienda, Industria y Energía” la definición que emplea se basa en “Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre de 2018 relativa al Fomento de Uso de Energía procedente de Fuentes Renovables”, que la describe como:

 

“Biomasa es la fracción biodegradable de los productos, residuos y desechos de

origen biológico procedentes de actividades agrarias, incluidas las sustancias de

origen vegetal y de origen animal, de la silvicultura y de las industrias conexas,

incluidas la pesca y la acuicultura, así como la fracción biodegradable de los

residuos, incluidos los residuos industriales y municipales de origen biológico.”

Las cifras productivas del Aceite de Oliva y sus derivados en Andalucía

En base al estudio del Informe Biomasa de Andalucía (Abril 2020) en la Comunidad Autónoma de Andalucía existen unas 1.500.000 hectáreas del cultivo del olivar (media entre 2015-2018). Siendo las provincias de Jaén y Córdoba las que más hectáreas dedicadas al olivar, aunque está presente en todas.

 

La implantación de sistemas como el riego por goteo y las mejoras tecnológicas han permitido el aumento progresivo y constante de la productividad del aceite de oliva en general. Entre los años 1996-2005 la media de la producción llegó a las 771.491 toneladas y en la década entre 2015-2018 la producción de aceituna sobrepasó la cifra de los 6 millones de toneladas, y la producción de aceite de oliva .1.339.221 de toneladas, suponiendo un aumento del 48% respecto al periodo anterior.

 

El volumen de aceite producido en la temporada 2021/2022 llegó casi a alcanzar las 1.5 toneladas. Los derivados y subproductos que proveen al mercado son muy interesantes tanto desde el punto de vista energético y ecológico, pues, por un lado permiten ahorrar toneladas de Co2 a la atmósfera y por otro permiten producir energía y calor, aliviando la excesiva dependencia  que tenemos con los combustibles fósiles como el gas y el petróleo. 

 

Por medio de tecnología y fábricas especiales de procesado de estos subproductos pueden obtenerse tanto energía eléctrica como térmica, aunque también bioetanol. Los subproductos o derivados de la producción de aceite de oliva que poseen un interés viable para su aprovechamiento serían los siguientes:  el orujo, el orujillo, el hueso de oliva y la poda de olivar. Veámoslos uno detenidamente:

1. El orujo

La obtención de aceite de oliva en las almazaras suele ser mediante centrifugación o, en algunos casos, prensado. Esto genera como subproducto el orujo, que representa aproximadamente el 80% de la materia prima procesada. Durante una campaña promedio, se producen alrededor de 2.960.000 toneladas de orujo por año, con una humedad del 60-65%.

almacena en balsas para su posterior procesamiento, que puede ser mediante una segunda centrifugación o en extractoras químicas para obtener aceite de orujo. Otra alternativa es utilizar el orujo para generar energía eléctrica, previamente secándolo hasta una humedad del 40% para facilitar su combustión. En Andalucía, aproximadamente un 30% del orujo se destina a esta opción.

2. El orujillo

El orujo que se somete al proceso de extracción de aceite se convierte en orujillo, un subproducto con una humedad alrededor del 10% que posee buenas propiedades como combustible. Tiene un poder calorífico de 4.200 kcal/kg en base seca y puede ser utilizado tanto para producir energía térmica en industrias como para generar electricidad. Durante una campaña promedio, se producen alrededor de 684.000 toneladas de orujillo por año.

Actualmente, existen 7 plantas que utilizan orujillo para producir electricidad con una capacidad total instalada de 67 MW, lo que equivale a un consumo de 422.000 toneladas al año. El resto, 262.000 toneladas al año, está disponible para uso térmico.

Algunas extractoras consumen parte del orujillo generado en su propia instalación, tanto en el secado del orujo como en calderas para producir vapor para el procesamiento. Además, cada vez es más frecuente que el secado se realice mediante cogeneración con gas natural, lo que proporciona ingresos adicionales a las extractoras a través de la venta de energía eléctrica producida. La cogeneración reduce el autoconsumo de orujillo, haciendo que haya más disponible para otros usos.

Otros subproductos del olivar que también pueden ser utilizados como biomasa son los huesos de aceituna y los restos de poda de pequeño tamaño.

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3. El hueso de oliva

El hueso de aceituna es un subproducto obtenido en el proceso de aderezo de aceituna de mesa y de obtención de aceite de oliva. El hueso generado en las industrias de aderezo se utiliza en calderas para generación de energía térmica, mientras que el obtenido en el proceso de obtención de aceite se tritura y se usa como combustible en el sector industrial, doméstico y residencial. El hueso de aceituna tiene una granulometría uniforme, humedad del 15% y un poder calorífico de 4.500 kcal/kg en base seca, lo que lo hace adecuado para usos térmicos. La tecnología ha avanzado y se está comercializando el hueso en sacos de 15 kg para facilitar su distribución y uso en el sector doméstico a un precio más bajo que otros combustibles de similares prestaciones.

4. La poda del olivar

La poda del olivo es necesaria para su buen crecimiento y producción. La poda del olivar destinado a aceituna de mesa se realiza anualmente y la poda del olivar destinado a la obtención de aceite de oliva se realiza cada dos años. Se estima que cada hectárea de olivar genera aproximadamente 3 toneladas de poda al año, resultando en más de 2 millones de toneladas de poda por año de una media aproximada. Actualmente, la mayoría de esta poda se quema o se abandona en el suelo, lo que representa un riesgo de incendios y una pérdida de energía potencial.

Fuentes

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