¿Cómo se cultivan los olivos?
Descubrimos los diferentes sistemas de cultivo del olivar
Una de las metas más trascendentales del cultivo del olivar es incrementar la cuantía y la calidad de las olivas recogidas en la cosecha. Para conseguir el máximo beneficio, tendremos que implementar acciones para reducir los costes productivos de nuestro olivar. Por lo que el sistema de cultivo implementado impactará determinantemente en la rentabilidad, habiendo tres opciones para cultivar: el olivar tradicional, olivar intensivo y el superintensivo.
El olivar en un estado silvestre genera una cantidad condicionada por diversos factores: tipos de olivos, pluviometría, climas, heladas, etc…. Sin embargo, la acción humana puede incrementar su productividad con labores agrícolas: riego, cuidados, limpieza, fertilización, poda, etc… Por lo que para que la práctica agrícola del olivar sea viable económicamente, los beneficios tienen que ser superiores a los costes productivos. El empleo de maquinaria y su grado de implementación influirá decisivamente sobre los costes agrícolas y en el sistema de cultivo empleado. Veamos los tres sistemas de cultivo del olivar.
- Olivar Tradicional
- Olivar Intensivo
- Olivar Superintensivo
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1. Sistema del olivar tradicional
Este sistema tradicional es, sin duda, el más extendido a día hoy en nuestro país como en Italia, España, Grecia y otros países del mediterráneo. La densidad de árboles por hectáreas es baja entre 80-120, estos se emplazan en cuadrículas de 10 y 12 metros. La media de edad, suele ser muy alta, algunos incluso centenarios.
En el Sistema del olivar tradicional, existe uno mecanizable y otro no mecanizable. En el primero, el terreno agrícola suele tener una pendiente inferior al 20%, permitiendo la posibilidad de mecanizar labores agrícolas como la recolección y los tratamientos foliares. Existe la posibilidad de cambiar el olivar tradicional a uno intensivo, dejando solo los olivos de un solo pie y plantando más olivos en medio de los antiguos.
El sistema tradicional no mecanizable, que posee un 20% de elevación o pendiente en el terreno, es inviable su rentabilidad.
2. Sistema intensivo del olivar
Se compone de un conjunto de olivos solitarios y jóvenes con una copa en forma de vaso con un solo pie (a más pies, menos rendimiento) en cuadros de 6 x 6 o rectángulos de 6 x 3 permitiendo unas 200 y 600 árboles por hectárea, con pasillos de 6 metros. La medida de edad de una rentabilidad óptima suele sobrepasar los 40 años, por lo que no se necesita una sustitución recurrente como el olivar superintensivo. Gracias a los medios mecánicos, la recogida de la aceituna y el empleo de vibradores autopropulsados con paraguas tanto para el derribo como para la recolección de las olivas (también con cosechadoras) permiten obtener mejores rendimientos económicos en nuestra cosecha.
3. Sistema Superintensivo del Olivar
Consiste en una serie de hileras de olivos muy jóvenes en ordenación en seto, logrando unas densidades entre unas 1.000 y 2.000 árboles la hectárea con pasillos de una anchura máxima de 4 metros. Su máxima vida se encuentra entre los 12 y 14 años, pasado ese tiempo los olivos deben reemplazarse. Para su recolección se emplean unas cosechadoras especiales para las labores mecanizadas del derribo de las olivas, recogida y transporte a la almazara.
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Datos de la AEMO
Con base a los datos de “Asociación Española de Municipios de Olivo” o AEMO, según el estudio de “Estudio de Costes AEMO 2020”, el olivar español es tradicional con un 71%: siendo un 22% no mecanizable y un 49% mecanizable. En cuanto al olivar intensivo y superintensivo, con 26% el primero y un 3% el segundo. Son numerosos los estudios índole económica y agronómica sobre los costes de las labores agrícola del olivar, que valoran, y comparan los sistemas de cultivos planteados. Sin embargo, tenemos que señalar que cada agricultor y su finca son diferentes, por lo que en cada caso particular tendrá que estudiarse detenidamente.
El Olivar intensivo como “solución” a la rentabilidad
La intranquilidad por la productividad y el rendimiento del olivar tanto por la disminución de los costes de laboreo como por la búsqueda del aumento de la productividad del olivar; ha permitido que progresivamente el olivar intensivo y superintensivo esté ganando terreno. El prototipo de estas plantaciones serían una concentración de 200/2000 olivos por hectárea, con un solo pie (máxima productividad), emplazados en cuadrículas 6 x 6 o 6 x 3, y en seto o hilera. Con el fin de aumentar la producción y evitar el stress que produce la sequía en los árboles, se suele emplear el riego por goteo. Por supuesto, no puede faltar la mecanización de los olivares en seto para su recolección y transporte a almazara.
Fuentes
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